lunes, 13 de diciembre de 2010

La Personalidad de Justo Sierra

Justo Sierra, personalidad vigorosa y poliédrica, señoreaba la escena pública de su tiempo con extraordinario brillo y notable solidez. No era el ministro más poderoso, pero sí el más espectacular: historiador, maestro, periodista, tribuno, filósofo y poeta; cubría todos los campos con una gallardía que le conquistó rápidamente la atención de sus contemporáneos, y a posteriores, la del porvenir. Abogado desde 1871, había ocupado cargos importantes en el poder judicial, incluso el de ministro de la Suprema Corte; político sagaz y orador impetuoso, desempeñó un papel relevante en la tribuna parlamentaria.
Profundamente interesado en los problemas de la educación, tuvo una actuación destacada en los Congresos Nacionales de Instrucción; colaboro con Baranda y con Fernández en la Secretaria de Instrucción Pública; ejerció el magisterio en los más altos niveles del plan educativo; y colaboro con Barreda como catedrático de la Escuela Nacional Preparatoria. Miembro de sociedades científicas y literarias, dio su contribución de trabajo a las mejores causas del progreso y la cultura. Profesó la filosofía positiva y combatió por ella desde su aparición en el país, luego participó en los debates que la fueron ubicando como fuerza política. En 1908 se enrolo en esta corriente de pensamiento y en 1910 propicio los trabajos del ateneo de la juventud. Le toca explicar esta doctrina a los políticos del gobierno, convertirlas en una corriente política; proclamo el papel de la ciencia como factor del bienestar del  pueblo; y es posible que de estos intentos se derive el mote de científicos, adjudicados a los amigos políticos de Limantour.  
Justo Sierra fue y no fue uno de los científicos, como Justino Fernández, contó con el apoyo del dictador para mantenerse a cierta distancia de la política militante. Sostuvo el contenido liberal de la educación pública y el uso de libros de texto de clara ideología liberal. Incluso fue autor de libros liberales, tales como la Historia patria, para las escuelas primarias, la historia general, destinada a la preparatoria. 

Lo anterior fue lo que ayudo a Justo Sierra a llegar a estar frente a la Secretaria y su personalidad fue un gran factor que propicio el comienzo de este gran proyecto llamado Obra Educativa de México. 

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